Eclipse Cañaveral
Eclipse Cañaveral
Entre los cañaverales
un amor mecía al viento
con soplidos prohibidos
con flautines de desvelos
Ella mujer desposada
con un marido ya viejo
con la sierpe que reptaba
por entrañas del deseo
Y con pasión desbocada
y con moral por el suelo
se replegaba en su amante
ansiando brazos y sexo
¡Ah que noches de locura!
¡Que revoltijo de besos!
Los aromas de albahaca
exaltaban los romeros
'Dime que vas a dejarlo
Si, sí. ¡Es a ti a quien yo quiero!'
Y en el iris de sus ojos
embrujaban los reflejos
entre suspiros de nácar
traspasándoles el pecho
El tiempo sigue pasando
con murmuración del pueblo
y beodos en taberna
cantaban a voz en cuello
"Gallete mozo atrevido
picotea grano ajeno"
Más rumor, más osadía
más ciego el entendimiento
¡Mayor lujuria a escondidas!
Más susurros por los vientos
Y corría el calendario
y ella…, iba envejeciendo
entre risas y mixturas
de sueños, de encantamientos
Pero la continuidad
que al cansancio ve dispuesto
hace que nunca la vida
a nadie pida consejo
Como era de suponer
el atractivo mozuelo
-la cabra tira pal monte-
a otra miraba en el pueblo.
Caudal del río aumentaba
con ultraje de lamentos
y aquel amor, tan agudo
tórnese en fiera al acecho
con las garras muy afiladas
pendientes en el silencio
Esperó la hora vencida
la luna vio el coqueteo
de dos jóvenes amantes
y ella, vieja sin remedio
Y con seísmo de espinas
¡Con maldiciones de estiércol!
Con rabia puesta en herida
se lanzó al femenil cuerpo
con la sangre enardecida
¡Con el hedor del despecho!
El gallardete furioso
vociferó defendiendo:
¡No te atrevas a tocarla
¡Que te destrozo al momento!
¡Nosotros no fuimos nada
¡Lo nuestro fue solo sexo!
¡Ay el cañaveral tembló!
Por aclare traicionero
y con furia desmedida
¡Clavó ella daga en su pecho!
¡Los ojos enfurecidos!
Cual si viviera un infierno
el cañaveral en sombra!
soltó llanto y desespero
Se agazapó el sauce grande
río corrió con lamentos
Mas el amor ¡Qué sublime!
Ante guardias dice un viejo
"Anoche en cañaveral
¡Maté a un hombre y fue por celos!'
Beatriz Vicentelo
Todo un narro al mejor estilo Ándalus, toda una tragedia bien tratada para darle vida a un poema, un hermoso poema que trae una moraleja.
ResponderBorrarAlejándome un poco del poema pienso, que cuando se es mayor debe ubicarse en su edad, no jugar a que se conserva bien soñando con fantasías, y menos con cirugías, porque una cara joven por artificios no puede desprenderse de la realidad, de la verdad, de un cuerpo que la edad ha despojado de sus vigores y de su frescura natural.
Las personas de la tercera edad que tienen recursos son cotos de caza para algunos jóvenes, que engañan para ver qué se pueden llevar, qué le pueden quitar al mayor de poco seso.
Pero siguiendo tu poema que se lee como un cuento, uno con final trágico, veo en su conclusión, o así lo entiendo, que el pobre marido cargó con la culpa ajena por un amor que no lo merecía.
Triste y aleccionador para el que sepa sacar escarmiento por cabeza ajena.
Me gusta cómo manejas los romances.
Ernesto C.
Ah me alegra muchísimo que te hayas dado cuenta que hay tres protagonistas en este romance. Claro el amante, la esposa y el marido que ya estaba viejo; pero el más noble y quien realmente la amaba, era el esposo; porque habiendo sido burlado y habiendo matado la esposa al amante miserable, pues él se echa la culpa del crimen. Gracias por tu apreciación mi querido amigo, me gustó tu comentario. Cariños
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