A Ti....
A Ti...
A ti, que eres mi celeste sueño en total perfección
que eres divina imagen con un persistente latir
la estrella imantada en el universo de mi invención
fruto más apetecible del huerto de mi vivir
A ti, que eres mi imaginado querubín protector
la savia viviente que irriga con delirio mi piel
que eres arroyo refrescante en mis días de fervor
la espuma de nácares que levanta crestas de miel
A ti, que eres caracola con sonido ensoñador
tú, el pecado secreto en el más íntimo sentir
la locura exquisita en el oasis de mi dormir
A ti, te obsequio la más grande pureza de mi amor
manantial de caricias en su transparencia al fluir
¡Lo más sacrosanto que una mujer pueda concebir!
Beatriz Vicentelo
Un poema dulce como una cucharadita de miel, uno que parece pregonar arrullos y volar en el gusto como un ala, un poema tocador de almas que semeja las caricias de la seda.
ResponderBorrarMuy entregador tu soneto, con la ternura que levita, que pone gratas notas a tus letras, demostrando una vez más que en ti los jilgueros hacen nido.
Y es bonito compartir contigo, porque los poetas se acompañan, se hacen mellizos de una fantasía, y este poema impacta, sabe caminar por los renglones, y deja la sensación, la certeza de que naciste para este arte, el de las letras y los sentimientos bonitos.
Todo muy tierno y todo bien detallado.
Ernesto C.
Gracias Ernesto amigo, son versos de 16 sílabas, no hexadecasílabos porque no tienen mesuras, y terminan en agudas. Cuando los versos terminan en agudas, como en este caso, tiene la peculiaridad de dejarnos un agradable sabor en los sentidos.
ResponderBorrar