Fantasías...

  


En divinales ánforas el vino

selecto de Tokay luce en mi mesa

con bellos candelabros de platino

de clásica labor cartaginesa.

 

Un cuadro de Tiziano, otro del Greco

resaltan el buen gusto en distinciones

y notas de Chopín dejan el eco

flotando como un ala en los salones.

 

Tras los cristales traídos de Cretona

las ondas de la luz tejen su rastro

sobre el mármol rosado de Verona

que anuncia una escultura de alabastro.

 

Todo se mezcla para estar a tono

en la magia sensual para esa gracia

que en sueños sin medidas confecciono

por mi dama con pulcra aristocracia.

 

Soñando con palacios medievales

y ritos que nos dan la jerarquía

de un conde con escudo y credenciales

exactas de una fina señoría.

 

Allí te espero amor para que vivas

conmigo esa visión de la quimera

con risas que serán las afectivas

pasiones confundidas con la hoguera.

 

Para sentir, cantar nuestra alegría

dichosos del amor en desmesura

y juntos disfrutar con la utopía

hermosa para dos... de esta locura.

 

Ernesto Cárdenas.

Comentarios

  1. ¡Oh! Es un ambiente altamente elegante, fino y sensual! Esos candelabros sobre todo, traen a la imagen un recinto aristocrático que bien se complementaría con rosas de Francia. Divino ambiente para este poema exquisito espectacular!
    ¡Bravo, un placer encantador la lectura de estos inusuales serventesios "mi Majestad"!

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