Juan Pablo Marat... la ironía del destino.

 


Juan Pablo Marat representó el odio, el resentimiento contra todo lo existente, contra su entorno, contra lo que fuera realeza y fuera pasado, y ese desamor, esa malevolencia le hizo ser agitador de masas, difamador y delator, y le dio el empuje necesario para escalar peldaños hasta la convención en aquellos días efervescentes y trágicos de la revolución francesa.
Una chusma delirante, inculta y despechada lo seguía, y como él mismo no se cansaba de injuriar, de blasfemar y de pedir la persecución y la muerte, la extinción para aquellos que no se sumaran a la abominación y al desprecio por la vida ajena.
Enfermo de unas fiebres continuas casi no salía de su casa y desde allí, desde ese lugar sombrío redactaba las listas de los sospechosos para ser llevados a la guillotina.
Un día una ciudadana se presento a su puerta con la excusa de darle nombres de algunos contrarrevolucionarios, de críticos al sistema para que fueran investigados y arrojados al patíbulo, y después de algunos contratiempos se le hizo pasar delante de Marat, que en ese momento se encontraba en la bañera de agua tibia con un sucio pañuelo en la cabeza  y listo (a pesar de su dolencia) a tomar notas de los desafectos.
Se habló poco, porque Carlota Corday, que era el nombre de aquella valiente mujer le enterraba un puñal en el corazón y con aquél gesto, sin ella saberlo se recrudeció aún más la venganza de los jacobinos, y junto con su cabeza rodarían muchas, incluyendo la de los 22 girondinos que languidecían en la prisión, pero esta ya es otra historia a la que un día le dedicaré un poema.
 
Juan Pablo Marat…
 
Juan Pablo Marat reclama
ver la sangre como ríos
y de París hizo un drama
revolviéndolo en sus bríos.
 
Pide que rueden cabezas
duplicando guillotinas
pide sangre de realezas
para hundirla entre las ruinas.
 
Pide masacres enteras
que solo reine el terror
con sangre cambiar las eras
entronizando el dolor.
 
Y tanta pidió a su vez
que llegó como ironía
corriendo con fluidez
la sangre que no pedía.
 
Porque un alma justiciera
con afilado puñal
lo asesinó en su bañera
con una herida mortal.
 
Y entre su sangre se vio
como una macabra escena
aquél hombre que vivió
pidiendo la sangre ajena.
 
Ernesto Cárdenas.
 

Comentarios

  1. Si, este Marat tuvo gran protagonismo en la Revolución Francesa, hasta que lo mató la Corday, lo mató físicamente, pero Marat tenía seguidores.

    Era médico de la clase alta, luego pasó a escribir en un diario para finalmente dedicarse por entero a la política. Tuvo gran influencia en el pueblo y como tenía el don de la palabra, pues fue el gestor principal del caos sangriento y cruel que se desató en Francia.

    Sufría de una enfermedad rara de la piel, donde le salían costras de grasa como caspa, se le caía el pelo por ello la cubría con un pañolón claro, era un ser despreciablemente malvado; y sí, mandaba a la guillotina a todo aquel que no comulgaba con él, a todos que antojadamente él quería, inventando pretextos en muchos casos. Algunos historiadores, dicen que sufrió de gonorrea, otros que escribió un libro sobre ella.

    Es un extraordinario poema mi querido Ernesto el que has escrito, coadyuva grandemente a la cultura, es histórico, aparte que está estupendamente escrito! Y ciertamente, vivió en sangre y bañado en sangre murió.

    Valioso poema que aplaudo entusiasta!
    Gracias mi buen amigo!.

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