NO SE DEBEN DAR PERDONES.


No se deben dar perdones
al malo por excelencia
al que falto de conciencia
carece de compasiones.
 
Al reincidente que puso
el fango sobre el afecto
al que cometió un abuso
con traicionero dialecto.
 
No se deben dar perdones
porque repiten el hecho
de ser confabulaciones
oscuras en el asecho.
 
Al traidor, al que tramposo
teje en la sombra un dilema
al que llega cariñoso
y luego causa un problema.
 
Solo por hacer el mal
con lo frío y su crudeza
solo siendo lo fatal
porque es su naturaleza.
 
No perdones al ladino
al que consiente hace daño
porque retorna al camino
para seguir con su engaño.
 
Apártalo de tu vida
de tu amor y tu clemencia
porque es lo cruel y es la herida
tras una doble apariencia.
 
No olvides lo que apuntalo
lo que vengo repitiendo
el malo que nace malo
malo termina muriendo.
 
Y observa bien a la gente
pon al otro siempre en dudas
recuerda y tenlo presente
aún sigue existiendo Judas.
 
Ernesto Cárdenas.

Comentarios

  1. Un poema con un magistral final, que nos hace reconocer como grandioso poema querido Ernesto!
    Hum... tienes mucha razón; cuando la falta es letal, es grande como un crimen, un daño irreparable, procede el alejarse para siempre.

    Creo mucho en la oportunidad de cambio, valoro grandemente una amistad y cuando han surgido algunos inconvenientes; bueno yo siempre he dejado la puerta entreabierta, porque considero que nadie es perfecto y todos podemos equivocarnos. Cometemos actos imprudentes cuando estamos sobrecargados de problemas y contestamos o actuamos como un reflejo del mal momento que estamos pasando. Luego reaccionamos, a eso yo lo veo como algo natural.

    Ahora bien, han habido personas que han actuado de tal manera, que inyectan ya miedo como tuve un caso con una hermana, yo la perdono porque la amo, es mi hermana; pero y aquí tienes razón, ya no volverían a ser las cosas igual. Como digo depende de la intensidad de la mala acción
    .
    Me gusta este poema, me ha hecho pensar. ¿Por qué? Porque muchas veces lo que hablamos y creemos estar convencidos, pues si auscultamos, concluimos que tus letras guardan mucha razón. No con nimiedades, repito, sino cuando el daño pretendido ha traspasado límites el perdonar no procedería, no por rencor ni venganza, menos por odio, sería únicamente por temor. Y bueno yo creo que a esto te refieres, no creo que por pequeñeces. Discúlpame creo que estoy escribiendo demás.
    ¡Excelente mi buen amigo, este poema es bastante profundo!
    Me gustó y mucho, hasta me emocionó! Tus letras tocaron una herida aún abierta que tengo en el alma mi querido amigo!

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