Ruego diminuto...



El diamante de la luna sobre el lago
se desliza tembloroso en sus cristales
como el bello sortilegio de algún mago
que recuerda las leyendas medievales.
 
Y en el techo de la noche las estrellas
desparraman sus luciérnagas celestes
en sus luchas semejando las querellas
de guerreros de la luz formando huestes.
 
La brisa alegre retoza con las ramas
entonando su canción entre las hojas
que parecen ir formando melodramas
confundidas sin saber en paradojas.
 
Y en ese hermoso abanico de emociones
naturales a mi Dios como alabanza
aprovecho para hacer las peticiones
como un ruego diminuto a mi esperanza.
 
Ernesto Cárdenas.

Comentarios

  1. Y en ese hermoso abanico de emociones
    naturales a mi Dios como alabanza
    aprovecho para hacer las peticiones
    como un ruego diminuto a mi esperanza.

    Y ciertamente en ese mundo inmenso que ha creado el Señor, el hombre es un minúsculo punto en tan grande dimensión, mas cuán importante es para Dios.

    Un minúsculo punto con toda la complejidad de la perfección, con la vida que a él y a su entorno le han dado; y es hasta risible, que siendo tan pequeñísimo, sea la causa mayor de los estragos universales, problemas en general, para su Creador; para dentro de ese caos que él mismo ha originado, levante su voz, pidiendo solución, paz, esperanza, dicha y prosperidad.

    ¡Cuántas verdades y GRANDE mensaje encierran tus letras mi querido Ernesto, encuentro hondamente filosófico como deslumbrante tu poema! En buena hora mi admirado poeta! Cariños

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