Georges Jacques Dantón (1759-1794)

Tuvo remordimientos, lo cual indica que pudo ser distinto, y tuvo también momentos sublimes que lo hubieran llevado la gloría, pero la ambición y el desequilibrio ante el poder lo empujaron al crimen. Siendo ministro de justicia dio su consentimiento para el asesinato de los simpatizantes del rey Luis XVl, los mismos que languidecían en la humedad y la oscuridad de las prisiones, entre ellos a la inocente princesa de Lamballe, cuya cabeza arrancada fue ensartada en una pica, y entre los gritos obscenos de las turbas paseada por las calles de París.
Sus hijos horrorizados se cambiaron el apellido después de la revolución, y desertaron de toda relación con el pasado.
 
Su verbo en la asamblea fue tormenta
hervidero brutal donde feroces
los hombres desbordaban la violenta
desnudez de sus almas y sus voces.
 
Aterraba su aspecto en el tumulto
clamando contra aquella aristocracia
con su rabia tajante como un culto
de arrebato extremado por la audacia.
 
Trató de ser el guía, el lazarillo
el ciego frenesí de las pasiones
el adalid supremo y el caudillo
terrible de incendiarias emociones.
 
Así confió en su signo favorable
atropellando todo en su querella
soberbio y cobijado en la innegable
brillantez de su mente y de su estrella.
 
Y así mismo cayó, todo fenece
con prisas que retratan ironías
cuando otra majestad no favorece
el rumbo lisonjero de otros días.
 
Cuando se paga de una vez el crimen
descubriendo que hay una providencia
cuando en los sueños otras voces gimen
y cubren con la noche la conciencia.
 
Cuando la fuerza en fin no determina
el éxito rotundo en lo propuesto
cuando filosa aquella guillotina
escupió su cabeza sobre un cesto.

Ernesto Cárdenas.

Comentarios

  1. Geniales serventesios versificando sobre este controvertido político orador, soberbio, ambicioso, abogado y político, quien terminó igual que Robespierre y otros, en la guillotina. Fue Ministro de Justicia. Un hombre que fue muy cruel y hasta inhumano; ciertamente tuvo un desempeño trascendental en la citada Revolución!
    No podía de ninguna manera ser ignorado por tu dilecta pluma!
    Magnífico poema Ernesto amigo!
    Miles de gracias

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