Un mundito de dos...

Quisiera inventar otro universo
crear otra secuencia
hacer un mundo pequeñito, diminuto
solo de dos, solo en el tiempo
un mundo generoso, amable...
Definidor de auroras y sosiegos.
Que gire en el encanto, en la vehemencia
en la magia y lo sublime,
con nubecitas blancas salpicando afanes
éxtasis, delirios.
Con instantes donde estés presente
siempre, siempre.
Un mundito de trinos y ternuras
de lagos como espejos, de cisnes como flores
flotando en la quietud, en el arrullo
con un pueblito de casitas blancas
y techitos rojos.
Como invitando a la paz, a la armonía,
con caminitos curvados, perfumados
que muestren horizontes semejando rimas,
bendiciones.
Y sentir en ese instante la noche plena
tersa, clara, sensual,
cargada de sonrisas y milagros
con estrellitas de cristal
haciendo guiños al delirio
a la humedad de tus pupilas
A esa religión de adentro donde todo
resplandece y se comprende.
Porque todo es himno, y porque todo es calma,
donde la fe sea amenidad, triunfo y suspiro.
Un mundito de dos donde poder soñar
bajo el abrigo tibio de un rumor de madreselvas
de abrazos suaves, complacientes
infinitos, sin testigos...
Entre besos juguetones
y ositos de peluche.
 
Ernesto Cárdenas.

Comentarios

  1. ¡Qué poema para tierno y encantador!
    Las letras se alzan como banderas de seda y oro en un cielo resplandeciente de luminiscencia y sublimidad, esos arbolitos pintados en un camino sinuoso con sus casitas blancas y techados rojos son realmente paradisíacos... Ah, qué belleza de poema mi querido Ernesto! Esos edenes en la actualidad existirán?
    Sería realmente maravilloso!!
    Encantadoras en sumo estas letras que me han hecho exhalar un suspiro!
    Realmente bellísimo amigo mío!
    Gracias, infinitas gracias!

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