Si te dijera...
Si te dijera....
Si dijera..., que aún yo te pienso noche y día
que tristes son mis horas por tu sombría ausencia
Si dijera que asoman ímpetus de impaciencia
y que a más pasa el tiempo, mayor es mi agonía...?
Si acaso yo dijera, la grandiosa ambrosía
que rebalsa los diques de fuerte continencia
cuando por mis nocturnos en evocada esencia
invade tu recuerdo con miel de fantasía...?
Tengo miedo del trazo delicado y ligero
¡Miedo de formular el poema primero!
Miedo que se despierte, loco y enardecido
el gigante que duerme por hondos de mi entraña
después de tanta lucha con ardorosa maña
que enfrentó medio muerto..., ¡Para echarte al olvido!
¡No! Tú que ya te has ido
¡Volverías seguro, sonriente y a burlarte!
De esta orgullosa fémina, que no puede olvidarte
Beatriz Vicentelo
Hay cosas que se guardan y no se dicen, porque lo que se expresa en el exterior no tiene garantías de ser comprendidas en su real magnitud, pero es bueno darle salidas por medio del poema, donde se confunden realidad y fantasías, donde se pueden abrir puertas por medio de las rimas y descorrer las cortinas de los sentimientos.
ResponderBorrarY con el resguardo de que solo el que escribe sabe la verdad detrás de las palabras.
Por eso la poesía tiene magia, por eso solo los poetas saben cómo presentar el alma.
Me gustó, Ernesto C.