Caravana
Caravana
Silentes
pasan horas
como
en el desierto la caravana
rutinarias
auroras
afosan
mi mañana
disminuyendo
el ímpetu de gana
Acude
dolor agudo
cuando
siente una ausencia que traspasa
Escoplo
puntiagudo
por
soledad en casa
cuyos
espectros ya danzan en masa
Un
café un cigarrillo
ahuyentará
trasunta pereza,
el
orgullo sin brillo
puja
con entereza
mientras
ausencia asienta su firmeza
Y
cuando casi quiebro
la
nimia fortaleza que engrana
con
esfuerzo, enhebro
remembranza
arcana
tratando
de seguir la caravana…
“¡Alto!
Fin del camino”
Auriga
de carreta, deslucido
con botella de vino
anuncia
con chasquido:
Llegamos…,
¡Bienvenidos al olvido!
Beatriz Vicentelo
Triste como lo gris de una nostalgia es tu poema, que parece lo agudo de un dolor, la causa de un agotamiento mental.
ResponderBorrarHay poemas que parecen ser arrancados del alma, y este es uno de ellos, porque contagia con su aflicción, con sus rimas como un calvario, una pena que se lleva cuestas, y tengo que reconocer que sabes transmitir, porque tus versos tocan dentro y eso solo es virtud de una poetisa de corazón.
Ernesto C.