Volverse a enamorar tras dejar la dura
soledad por una fe que hoy nos revierte
para romper afanoso la atadura
esperando florecer con otra suerte.
Disipar las nubes, caminar por dentro
entender los nidos, retoñar confianzas
aspirar perfumes y llegar al centro
de sensaciones, sonrisas y esperanzas.
Sentir de nuevo reactivar la ruta
de innegables y encontradas emociones
apurando una pasión, grata, absoluta
para abrir de par en par los corazones.
Para andar con risas, renacer de nuevo
con felices conclusiones sin tormentos
dejando en el camino eso longevo
que mil veces desangró los sentimientos.
Que mató por dentro, que borrara el brillo
que dejara cicatriz sobre la herida
cuando se vio derrumbar ese castillo
de la fe sobre los sueños y la vida.
Porque el cariño no siempre es ese todo
que aparece dando luz al escenario
muchas veces es la noche y es el modo
de enseñarnos la amargura de un calvario.
Volverse a enamorar, buscar la calma
de un arcano que nos funde y nos extrema
volverse a enamorar abrir el alma
¿para reír o sufrir? ... Es el dilema.
Ernesto Cárdenas.
Volverse a enamorar, buscar la calma
ResponderBorrarde un arcano que nos funde y nos extrema
volverse a enamorar abrir el alma
¿para reír o sufrir? ... Es el dilema.
Claro amigo, volver a vivirlo, vale la pena.
Mas cuando yo creo eh? cuando uno se ha acostumbrado a vivir solo , puede enamorarse, pero convivir, es lo que nos hace, un poquito pensar. Otras formas, otras costumbres, puede resultar ser un reto que por los años , uno no se anima a enfrentar. De ahí que estoy de acuerdo con la última estrofa de ese maravilloso serventesio:
Volverse a enamorar, buscar la calma
de un arcano que nos funde y nos extrema
volverse a enamorar abrir el alma
¿para reír o sufrir? ... Es el dilema.
¡Excelentes letras mi querido Ernesto!
Abracitos