Inteligencia
Inteligencia Del valle a la montaña, del bardo a los cantares de los ojos al alma, de invierno a primavera un torrente aromado de amor con azahares nos abraza al nacer, digna terrestre esfera Sin conocer su nombre, percibimos su esencia en una mujer madre amorosa, abnegada y el torrente de dicha magna..., ¡Ilimitada! nos cubre con su linfa jamás interesada Y por él vino un Dios a salvarnos deste mundo Un mundo donde creció, infante ora necio quien con…, ¡Su propio barro macilla su odio inmundo! ¿Qué ansía aquel empeño? ¡Poder! ¡Publicidad! ¿A costa del repudio, asqueo, del desprecio? ¡Qué inteligencia triste de estulta facultad! Beatriz Vicentelo
Un poema de nostalgia, melancolía, de orgullo y de tristeza, de reniego y reclamo, de todo se halla en estas fantásticas letras! Y lo dice la primera estrofa, lo secunda la tercera, refrenda la cuarta, certifica la quinta; mas ninguna de ellas, trata de hallar una explicación a esa mal dada interpretación de ausencia; porque puede haber estado enferma, como pueden haber motivos muy lejos de una mala intencionalidad. Mas como el hombre es un ente de acuerdo a su esencia formativa, supone que toda excusa es un hecho alienante que va en su contra.
ResponderBorrarEsa soberbia escondida, no le permite ver los hechos con transparencia ni con buena fe; no obstante dentro de todo lo presumible, no deja de admirarse el buen léxico, la grandiosa conjugación del verbo en rima, así como la estructura del poema; pero de CORAZÓN, DE COMPRENSIÓN Y NOBLEZA, no hay nada lastimosamente.
Se levanta el YO arrogante, ofendido tremendamente sin ponerse en el lugar del otro; ese dictadorcillo YO, quiere que las cosas se hagan como EL QUIERE, de lo contrario lo están menospreciando.
¡Buen poema Ernesto!
Gracias