Cicatrices Que No Mienten
«Cicatrices Que No Mienten»
Se oculta entre palabras y sonrisas,
se viste de bondad para engañar,
pero deja señales, cicatrices
que el alma no consigue desterrar.
Se arrastra como polvo en la conciencia,
invisible a los ojos del que hiere.
Mas dentro, cada acto deja esencia
y al fin la culpa siempre lo prefiere.
No hay sombra que lo tape eternamente,
ni risa que lo logre disfrazar.
El mal regresa, lento y persistente,
a recordarnos lo que hizo sangrar.
Y aunque se calle, nunca se disuelve,
permanece en la piel como un tatuaje.
No basta con fingir que se resuelve,
pues vuelve a aparecer en cada viaje.
Lo niega quien lo hizo, por costumbre,
con gestos de virtud y falsa calma.
Pero el dolor florece en la penumbra
y rompe sin piedad la propia alma.
No hay tiempo que lo borre por completo,
ni olvido que le quite su arremedo.
El mal retorna en sueños, en secreto,
como un castigo que no tiene miedo.
Y cuando ya no queda luz ni abrigo,
cuando el silencio pesa más que el día,
el mal se sienta al lado del testigo
y le susurra: “aún soy tu compañía”.
soñar desde adentro y renacer día a día.
(Escribo Para Que El Silencio No Duela.)
Natuka Navarro – Luna Poetiza
El mal, desde la serpiente bíblica de los orígenes, nunca ha dejado de estar presente "El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde" de Robert Louis Stevenson, es precisamente un cuento donde se explora la dualidad de la naturaleza humana, y se intenta separar la oscuridad de la luz, la parte insensible de la susceptible, para buscar la pureza de los dos extremos, y ese experimento intelectual de Stevenson, al final resultó en desastre, demostrando que el bien y el mal son inseparables, como un monstruo con dos cabezas, que si se quita una perece la otra.
ResponderBorrarY en tus letras confirmas que el poema está en todos lados, porque en todos lados hay poesía.
Ernesto C.
Ernesto…
ResponderBorrarQué manera tan lúcida y necesaria de leer. Has llevado el poema más allá de sus versos y lo has entrelazado con esa gran pregunta que atraviesa a toda la humanidad: ¿qué hacemos con el mal que habita en nosotros? Tu referencia a Jekyll y Hyde no es solo literaria: es verdad vivida. Y sí, creo como tú que no se puede extirpar una parte sin herir la otra. Lo negado vuelve. Lo enterrado habla. Lo disfrazado, tarde o temprano, se revela.
El poema nació desde esa certeza amarga: el daño no desaparece por negación ni por estética. Y tú lo has visto. Lo has nombrado con la claridad de quien no le teme al fondo. Gracias por no mirar solo la forma, sino la herida que la sostiene.
Y gracias por esa última frase tuya, que guardaré con gratitud:
“el poema está en todos lados, porque en todos lados hay poesía.”
Seguimos.