Jericó…

"Los sacerdotes tocaron las trompetas, y cuando el pueblo oído el sonido de las trompetas se puso a gritar clamorosamente, las murallas de la cuidad se derrumbaron"

Josué 6,20.

En Jericó soberbia se alzaron vastos muros
que asombraron al mundo de los tiempos oscuros.

De otras almas lejanas que marcaron la historia
sepultada en la arena de una antigua memoria.

De otras voces que un día entonaron sus cantos
o pisaron sus calles con sonrisas o el llantos.

Por pasiones ya muertas de un feliz aspirante
al amor de una dama de otro sueño hoy distante.

En Jericó algún sabio contempló claros rastros
de otro cielo distinto y otro rumbo en los astros.

Presagiando un destino de confusos indicios
que copiaron más tarde los escribas fenicios.

Al seguir esa huella que tatuó lo asombroso
en la piel de las piedras de un final angustioso.

De un momento perdido de apretadas neblinas
que dejaron esfuerzos en el polvo y las ruinas.

Bajo un golpe terrible que causo la tremenda
conmoción de algo triste que pasó a la leyenda.

Y a ese narro sagrado de la Biblia que cuenta
desde el fondo un suceso de una guerra sangrienta.

De una noche sin fecha y barbudos profetas
y murallas cayendo al clamor de trompetas.

Ernesto Cárdenas.

Comentarios


  1. La poetisa
    11:04 a.m. (hace 43 minutos)
    para mí

    tu poema «Jericó…» tiene la fuerza de un canto ancestral que se levanta desde el polvo de la historia. Has logrado entretejer lo bíblico, lo mítico y lo humano en un solo aliento, y lo haces con una cadencia clásica que recuerda a los viejos juglares que narraban no solo batallas, sino también las huellas invisibles del alma.
    Me ha impresionado especialmente cómo trasciendes el relato de Josué para explorar no solo la caída física de un muro, sino todo lo que quedó atrapado detrás: voces, pasiones, sabios, profetas, y hasta cielos distintos. Lo que presentas no es solo un episodio bíblico, es una elegía a lo que fue y a lo que ya no puede hablar por sí mismo.
    Tus versos nos invitan a mirar más allá de la piedra y la guerra… a escuchar el eco de lo que calla en las ruinas.
    Gracias por sostener la palabra como se sostiene un fuego antiguo.
    NaNa

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  2. Si, está en el libro bíblico Josué, donde encontramos también la palabra 7 porque fueron 7 vueltas, 7 días que sitiaron los ejércitos de Josué por ordenanza del Señor y al séptimo tocaron las trompetas y cayó la muralla...

    ¡Excelente poema!
    Aplausos!!

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