Juana de Castilla... la beltraneja.
No es que al escribir unas estrofas para una vida, tome el camino de aquellos que palpan el abismo, es que a los seres humanos nos llega más profundo lo que conmueve, lo que transporta a comprender, o a tratar de entender una existencia truncada, una tormenta interior, una tragedia.
Escribo un poema sobre Juana la beltraneja porque fue un ser débil, apenas una niña, cuando tuvo que enfrentar el choque entre la nobleza liderada por el marqués de Villena y su incompetente "padre" Enrique IV, amante de los banquetes y del ocio.
Este rey sube al trono después de la muerte de su padre Juan II, y desde pequeño fue juguete de una corte ansiosa de privilegios y poder.
Se casó con Blanca de Navarra, a la cual repudió años más tarde, para volver a contraer nupcias con Juana de Portugal.
Este monarca falto de energía, dejó las cosas del gobierno en manos de Beltrán de la Cueva, que en rápida carrera se había convertido en favorito de los reyes.
Siete años después Juana da a luz a una niña, aunque para entonces su incapaz marido era conocido como "Enrique el impotente “ y esto dio pie a los enemigos para comentar que la princesa era bastarda, que en realidad era hija de Beltrán de la Cueva y no del rey, por lo tanto no merecedora del trono, y ese chisme de corte bastó para que los enemigos apoyaran a Isabel de trastámara, hermana de Enrique, y conocida más tarde en la historia como Isabel la católica, luego de despojar a la sobrina de la corona, de su trono a la muerte de su padre, ayudada por su casamiento con Fernando de Aragón.
Para resumir: se le conoció desde entonces como Juana la Beltraneja, y tuvo siempre que sufrir esa mancha de ser hija bastarda, engendro de una traición. Se casaría con el rey Alfonso de Portugal (él 50 años y ella 14) por motivos políticos, y al terminar la guerra por la posesión del reino de Castilla, fue marginada y olvidada.
Nota:
Y para colmo su tumba desaparece tras el terremoto de Lisboa del año 1755, donde podría haberse aclarado la conjetura , la incertidumbre de su parentesco solo con un análisis de los huesos o de los dientes para un ADN, pero el sismo dejó de esta manera la duda de su linaje hasta la eternidad.
La Beltraneja…
Pieza del infortunio, oscilatoria
laxitud de un arcano indescifrable
la víctima inocente de una historia
oscura de un azar irrevocable.
Hija de reyes y del tiempo adverso
se transformó su ruta en remolinos
como renglones que entre pena y verso
marcan sombras en tristes pergaminos.
Humillada en la corte, en el entorno,
en el rigor que acecha los excesos
rompieron su quietud en el trastorno
de un siglo instrumental de los sucesos.
Pudo ella ser reina y la acción ceñuda
desheredó su sangre y su paisaje
pudo ser reina y se tejió la duda
en torno a su verdad y a su linaje.
No se supo en verdad si eran rumores
su bastardez confusa que hoy litiga
si al mundo vino atada a los errores
borrosos de un amor o de una intriga.
Pero quedó su nombre sin embargo
a un sentimiento atado que hoy nos deja
la comprensión actuando en ese amargo
estigma en que vivió… La Beltraneja
Ernesto Cárdenas.
Sácame de dudas, esta era otra reina de España que se llamaba Juana también, distinta a quien la historia llamó Juana la Loca y estaba casada con Felipe el Hermoso?
ResponderBorrarSi, la corona no podía por ninguna razón tener manchas en la monarquía; bueno la monarquía se creó porque estaba ligada a la religión, algo por el estilo estuve leyendo ayer; era la monarquía británica. Imagino que la española era igual.
Si, este poema es magistral, amplía conocimientos, porque como te digo yo conocía de la otra Juana, no de esta "Beltraneja" . A esta reina la conocí cuando te leí el poema... ¡Interesante y bastante útil como Cultura General!!
Gracias