La Palabra
La Palabra
Cual flores y aves libres hay palabras
entre vuelos y aromas del encanto
rinden trino de cielos con su canto
siempre con la fragancia del amor
Es tan igual al beso de una madre
envuelta del amor más sacrosanto
que conmueve cubriéndonos de llanto
en regazo sublime de candor
Mas hay también palabras tan severas
que como roja flecha en fuego apuntan
con maldad tantos odios que trasuntan
un rencor muchas veces sin razón
Esos verbos tan negros son rehenes
en infiernos de sombras que conjuntan
temores, amarguras y despuntan
un destrozo letal sin compasión
Porque verbo que sale no regresa
y deja cruel estigma al ser doliente
prima hermana de lengua que insolente
hinca con doble filo su aguijón
Mil veces preferible quedar muda
que ofender con palabra maldiciente
¡Porque un desliz a veces inconsciente!
Dañará más al triste corazón
Beatriz Vicentelo
Esto me recuerda algo que leí en la Biblia hace un tiempo, creo que en Eclesiastés, donde decía que muchos han muerto por el filo de la espada, pero muchos más por el filo de la lengua.
ResponderBorrarY es verdad, creo que tengo un poema por ahí donde destapo esa ánfora de la lengua cerril y hago un cometario sobre la misma.
Es cierto, cuantas personas se han dejado de hablar por un comentario a destiempo, por decir lo que no debía, simplemente porque no era de su incumbencia, pero son cosas que ya vienen con los humanos desde el génesis, y parece imposible amarrar la lengua.
Muy filosófico tu poema.
Ernesto C.