Una anécdota…

 

Andaba don Jacinto Benavente
un día natural como cualquiera
por una zona antigua que la gente
caminaba uno a uno por la acera.

Por la estrechez normal de épocas idas
donde no se contó con el futuro
ni tenían en cuenta las medidas
que luego se trocaron en apuros.

Y era entonces normal aquel detalle
con dos personas en sentido opuesto
uno cortes bajaba hasta la calle
y el otro dando gracias se iba presto.

Un buen día Jacinto Benavente
que era anciano, delgado y muy correcto
se encontró con un joven frente a frente
que así le dijo con vulgar dialecto.

No quiero que un marica impertinente
camine por aquí cuando él lo quiera
pero yo sí le dijo Benavente
bajándose al momento de la acera.
 
Ernesto Cárdenas.

Comentarios

  1. jajaja Benavente no solo educado, sino que también sabio, porque ante una provocación en la mayoría de los casos no se piensa, se reacciona; ello significa que Benavente efectivamente era aparte de un hombre de paz, era un hombre alegre, porque quien es alegre no discute ni pelea..
    Ay, que tus letras siguen siendo encantadoras, entretenidas, ágiles, interesantes... Si, es un placer grande compartir contigo mi querido Ernesto, la verdad que llenas todas mis satisfacciones literarias!
    Sencillamente M A G I S T R A L mi buen amigo!!
    Abrazos con palmaditas de espalda!

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