De mis antojos...

 

Cosido a mi corazón
va su recuerdo que arde
en el cofre de la tarde
como una premonición
un milagro, una ecuación
tesonera y recurrente
una fiebre penitente
que me apura hasta el diseño
de lo suyo en este empeño
arterial y concluyente.

Que me inclina hasta el torrente
de la rabia en el espejo
y en el deseo perplejo
que habita lo intransigente
lo crucial, lo coexistente
con la ruta y el suceso
con el nervio y el exceso
de una pasión que es arpegio
y no se si sacrilegio
en el púlpito de un beso.

y así semejo un poseso
delirante que atropella
la avidez tras de su huella
contumaz como un sabueso
que epiléptico confeso
solo mira por sus ojos
revolcado en los despojos
de mañosas tentaciones
que hoy duplican las tensiones
morbosas de mis antojos.

Ernesto Cárdenas.

Comentarios

  1. Este poema es en sumo original por el acendrado deseo de un olvido que trasluce. El sentir tan fuertemente vívido, latente, constante, de un recuerdo royendo internamente, lo coloca en un plano excepcionalmente grandioso de reconocida jerarquía lirica!
    Me dejaste sorprendida, admirada, DESLUMBRADA con estas décimas superiores mi querido amigo!
    ¡Sensacionales décimas que aplaudo con grande satisfacción mi buen amigo!
    Gracias

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