Divino...

Divino fue el momento de conocerla un día
de hacerla en mi coraje rabiosamente mía.
 
Rompiendo escepticismos en esas conclusiones
que saben de los mimos y de las tentaciones.
 
De las revelaciones del alma en lo apremiante
donde la vida toca la risa en ese instante.
 
Y en ese desatino completo que desata
el rojo del delirio que habita en la fogata.
 
Divino fue ese grato motivo en lo evidente
que supo conmovernos y se hizo trascendente.
 
Girando en el recuerdo de aquello sin censura
que empieza con un beso acaba en la locura.
 
Para sentirnos plenos y desatar hervores
para explorar la noche tras cabalgar furores.
 
Divino fue ese encuentro que levitó niveles
y luego para siempre se nos tatuó en las pieles.
 
Ernesto Cárdenas.

Comentarios

  1. ¡Ah pareados de grande sensibilidad! Me gusta que el sentimiento se manifieste desnudo, libre de dobles mantos, libre de temores que solo consiguen entorpecer una relación, que como todo en este mundo, tiene momentos gratos e ingratos; lo importante cuando se presentan esta clase de nudos, no es buscar quien los propició ni el por qué, sino tratar de desatarlos.
    Formidables dísticos, que me han encantado, ciertamente "encantado" leer.
    Gracias Ernesto amigo!

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