Añoranza
Añoranza
Quieto nocturno trae la ilusión de tu aroma
fragancia purpurina de celestial exceso
que suelta de su esencia, nostálgico embeleso
al pronunciar tu nombre cual vuelo de paloma
Nombre que fulge un rostro, magia que me diploma
con encantado embrujo de inventarme tu beso
oscilando a lo lejos, el interés obseso
de posarlo en mi boca con feérico idioma
Mas tú, no lo sabrás ni mañana ni nunca
-así yo muera de ansias- que ella reposa trunca
por los alrededores de mi melancolía,
atenta al nimio indicio, de tu beso quiescente.
Y en su hondo secreto ella, espera penitente
¡Venzas tu timidez y muestres tu osadía!
Beatriz Vicentelo
He leído varios poemas tuyos inspirados en el beso, en ese instante en que se intercambian ansias y fluidos, en ese momento donde hay un símil de coincidencias para una comunicación de almas y de sensibilidades.
ResponderBorrarY esa expresión de comunicar sin palabras, de manifestar por medio de las rimas un deseo es la prueba máxima, la primera de los pasos al amor real, y lo has hecho de maravillas, con ese motivo tuyo de un decir con clase, de crear todo un horizonte poético de altura para hablarnos del beso, y mucho me ha gustado este poema.
Ernesto C.