Hasta la tumba...

Lo que hicimos está... no hay regresiones
luego de haber torcido lo derecho
cuando fatal tomamos decisiones
que trajeron una pena por lo hecho.
 
No importan para el caso los perdones
todo vuelve después como un latido
hay marcas que no borran corazones
ni conocen la sombra del olvido.
 
El mal que se hace nunca se disuelve
detrás del tiempo que todo lo escribe
lo que se entierra pero a ratos vuelve
a la mente diciéndonos que vive.
 
Por un recuerdo que no está marchito
y anida en un rincón de la memoria
que asoma sin por que como un delito
constante sin tener escapatoria.
 
Cuando se arranca a la verdad las cintas
y el ayer miramos sin cohibirnos
cuando se entiende al fin sin medias tintas  
que hay algo siempre para arrepentirnos.
 
Ernesto Cárdenas.

Comentarios

  1. El mal que se hace nunca se disuelve
    detrás del tiempo que todo lo escribe
    lo que se entierra pero a ratos vuelve
    a la mente diciéndonos que vive.

    Cierto, hay muchas razones para quedar resentido, cuando un mal está hecho. Y hasta por intrigas, muchos hombres han ido a prisión. Con el tiempo se verificó que todo fue mentira, mas quién ¿le devuelve al pobre hombre el tiempo que estuvo en cautiverio? Nadie. Así como esta mentira u otras malas acciones, desde luego de otra índoles, son también las que originan huellas en el alma, muy difíciles de perdonar. Mas cuando hay amor, estoy segura que sí se perdona, porque donde hay amor, no hay espacio para resentimientos ni lo que originan las maldades. Y perdonar es olvidar y eso es ¡Ciertamente muy difícil de lograr!
    Grandioso poema que impacta y nos deja reflexionando.
    ¡Dios quiera que estas huellas no queden nunca en nuestro corazón mi lindo y querido amigo Ernesto!
    Excelso poema, que lo copio y me lo guardo, tiene que ver mucho con mi vida!
    Un abrazo inmenso!

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