La que no llega...

Ya no sé si me engaño en esta andanza
con una sola idea en mi camino
sí sigo navegando una esperanza
o marcho sin saber a un torbellino.
 
Tras perseguir una ilusión insana
teniendo mil obstáculos al frente
por una noche donde no hay mañana
y solo pone dudas en la mente.
 
En un intento de romper el velo
en medio de un eterno desconcierto
como un empeño de encontrar consuelo
tratando de sembrar en el desierto.
 
Porque mi anhelo se sepulta triste
entre este absurdo de perder la ruta
buscando emocional lo que no existe
lo que castiga el alma, lo que amputa.
 
Y así vivo mi vida entre las olas
del tiempo con mi afán que no sosiega
esperando al final, marchando a solas
a la eterna mujer que nunca llega.
 
Ernesto Cárdenas.

Comentarios

  1. ¡Magníficas letras que versifican el anhelo de todo hombre o mujer!

    Cuando hallamos o creemos haber encontrado a la persona que veníamos buscando nos unimos a ella y ya con la convivencia, resultó que no era lo que pensábamos.

    Y es que al inicio de toda relación, uno no se muestra como realmente es o acaso es que no se presenta la oportunidad de mostrarnos cual somos en realidad. Ya con el trato diario y en diferencias lógicas que surgen, llega cierto desencanto; y es que en "gustos y en colores" naturalmente no se coincide del todo. Desde luego esto hay que considerarlo, observando que viene de ambas partes; ya que cada parte del todo, viene de diferentes costumbres, idiosincrasias y genes. De ahí el término de "limar asperezas".

    Yo pienso y siempre he sostenido que somos como piezas de un rompecabezas, donde debemos pulir aristas, a fin que encajen las piezas, para no echar a perder una unión que nosotros mismos hemos escogido.

    Muy interesantes estas letras mi buen amigo, nunca vamos hallar una persona que cubra totalmente nuestras expectativas; dado que no existen dos personas iguales; lo que sí puede suceder, es que encontremos un "aproximado" a lo que se anhela.

    Me encantó mi querido amigo!
    Un abrazo inmenso!

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