¡No me Olvidarás!
¡No me Olvidarás!
¡Soy agonía y muerte!
La sangre agolpa cual potro furioso
que a jarrete veloz cansado advierte
una inutilidad de casco brioso
sin lograr retenerte
Y sigue galopando...
con coágulo infame casi inerte
que por venas está vapuleando
el grito exasperado de tenerte
porque te sigue amando
Mas ¡No basta mi equino!
Ni el coágulo ni tu brida ansiada
ni que te ame, ni ser dulce destino...
¡Moriré sí, con sangre acumulada!
¡Por la carcoma infiel de tu camino!
Y pronto... ¡Oh si mañana!
Cuando entre tus disloques se revelen
que por fin se murió, esta "cristiana"
¡Suplicarás al cielo que te celen!
¡Cual celaba tu orate "hembra gitana"!
Y morirás de tedio
de angustia y soledad ¡Así otras recen!
¡Jamás podrás sacarme de tu medio!
Ni aquellas que contigo se tropiecen
¡Ni con cien mil mujeres que te besen!
Beatriz Vicentelo
Estas estrofas creo que se llaman quintetos de pie quebrado, y me has sorprendido gratamente con esta estructura, este formato donde delineas tu poema, tu inspiración que acompañas con fuerza, con empuje arterial, sin paños tibios.
ResponderBorrarEso te caracteriza, la energía, el brío de tus temas, que parecen desbordar la idea más allá de la razón, porque son letras que tienen fiebres y fibras, que hablan de un amor y un deseo vigoroso, con ansias para amar y comerse el mundo si fuera necesario.
Excelente, mi querida amiga, un poema como escrito con brasas al rojo y con magia.
Ernesto C.