Inteligencia
Inteligencia Del valle a la montaña, del bardo a los cantares de los ojos al alma, de invierno a primavera un torrente aromado de amor con azahares nos abraza al nacer, digna terrestre esfera Sin conocer su nombre, percibimos su esencia en una mujer madre amorosa, abnegada y el torrente de dicha magna..., ¡Ilimitada! nos cubre con su linfa jamás interesada Y por él vino un Dios a salvarnos deste mundo Un mundo donde creció, infante ora necio quien con…, ¡Su propio barro macilla su odio inmundo! ¿Qué ansía aquel empeño? ¡Poder! ¡Publicidad! ¿A costa del repudio, asqueo, del desprecio? ¡Qué inteligencia triste de estulta facultad! Beatriz Vicentelo
Hay sentimientos que nacen y uno debe callar, acaso sea timidez, acaso miedo o tal vez lo que se siente no se sabe cómo definirlo. Y lo sé, porque me sucedió contigo, cuando te leí por primera vez. Sin conocer nada de ti, solo tus primeras letras, porque fue de impacto lo que me sucedió y por ese impacto, fue que entré al día siguiente y al otro día y al otro y al otro buscando tus letras en un foro que entraba creo cada 20 días; al principio fue para ver si había sido una "casualidad" o no, la belleza del poema que me había gustado; luego le encontré el gusto a lo escribías, hasta que me vi de pronto, buscando ansiosa entre diez o veinte poemas creo, el poema del tal Ernesto C. porque ni tu apellido por último lo conocía; y todavía recuerdo, que no me habían operado, no veía bien y cuando te encontraba, decía ¡Ay por fin, lo encontré!! Hasta que creo te lo dije, sí te lo llegué a decir porque quería saber quién eras tú. Y conversaba con mis amigos, "yo tengo un amigo poeta, que solo sé su nombre porque no pone su apellido, que me gusta cómo escribe"... Ese fue el inicio de todos estos compartires; parece mentira cómo se desarrollan las cosas no? Porque bueno no te conozco personalmente, pero ... el trato que tengo contigo y lo que siento sobre todo, es como si fueras mi más íntimo amigo, con el cual peleo, reniego, me alegro cuando amistamos, vuelvo a renegar para al final , cuando enfermaste, terminar llorando jaja ¡Qué loca amistad!!
ResponderBorrarBueno, no sé por dónde me fui, ¡Maravillosos pareados o dísticos mi querido Ernesto! Magníficos, me hiciste recordar como si fuera ayer, cuando te conocí! Muy bonito todo el poema y todo lo que me sucedió únicamente porque escribiste bien, porque tú escribías nomás sin imaginar que despertabas la locura de una mujer que corría tras tus letras jajaja