Sin Permiso
Sin Permiso
Siempre estaré a la espera del alba
de tu sueño
del presagio de amor, que me insinuaste en verso
del dulzor de tus ojos habitado en mi
ensueño
del cascabel de risas, que llena mi
universo
Siempre estaré a la espera, de tu
abrigo sedeño
que desciende de un vuelo diáfano,
limpio, terso
por sentenciadas horas, que aprisionan mi
ceño
a tu beso atrevido, en un iridio transverso
Y es que tú..., ¡Desfloraste efluvios del suspiro!
Salpicando el añoro que el corazón ahíja
y contristaste venas afiebrando mi respiro
Ya que entraste, sin permiso inflamando mi fuero
e incrustaste en mi pecho, ¡Un amor de clavija!
Que conservarlo aflige;
mas si lo arranco, muero
Beatriz Vicentelo
Hay amores así, que de improviso llegan, y sin notarlos se van metiendo por las rendijas de los sentimientos, como un rayito de luz bajo la puerta, como la emanación lejana de un perfume, o un estremecimiento, todo eso para sembrar margaritas de esperanzas en las almas solas.
ResponderBorrarMuy bueno tu poema, que como siempre es un derroche de amor y de sentimientos nobles, y bueno por su arte, su manera de ser trazada para que tenga la doble admiración de quienes saben conocer lo excelente, lo bello de una obra.
Ernesto Cárdenas.