Me fui quedando solo...

Me fui quedando solo lentamente
pasando por los años sin afanes
teniendo subrayado en mi expediente
la ruina de mis pasos y mis planes.
 
No pude alzar cabeza por la senda
tortuosa con la sombra en asechanza
ni evitar que lo aciago en mi contienda
secara aquella flor de mi esperanza.
 
Mi lucha fue total, lo inconducente
lo estéril sin salir del torbellino
fue habitar lo confuso de un torrente
que pone solo sal en el camino.
 
Hoy no tengo aquel ímpetu de antaño
el tiempo en mi vejez mató el empeño
y ahora soy sin la fe un ermitaño
cansado de la vida sin un sueño.
 
Sin esperar distinto otro motivo
para borrar la angustia cotidiana
para seguir al fin siendo un cautivo
sin tener la ilusión de otra mañana.
 
Ernesto Cárdenas.

Comentarios

  1. Ciertamente, la vida al final nos deja pensando:

    ¡Tanta lucha, tanto empeño, alegrías, incluso tanto amor sea a nuestra pareja, a los hijos, a la familia si vemos con el tiempo, que todo ello va desapareciendo de nuestro entorno! Y lloramos y hasta casi estar al borde de la muerte por un amor que con el tiempo se irá al cielo, los hijos hacen su nido haciendo su propio hogar y los amigos van muriendo poco a poco... Uno queda mirando acaso a través de una ventana el paisaje tal vez con lluvia, como única necesidad de vida, con un tic tac mal geniado murmurando a nuestras espaldas, que pareciera impaciente de terminar su labor.

    ¡Es la vida amigo, es la vida!!

    De ahí que dicen que la esperanza nunca debe perderse, tampoco la fe para por lo menos retener los SUEÑOS a fin de llegar dignos al final de nuestros días, que ya se acortan amigo, ya se acortan....

    Nostálgicas letras mi querido Ernesto, más no por ello menos bellas, son bastante realistas!
    Felicitaciones!
    Un abrazo!!

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