Inteligencia Del valle a la montaña, del bardo a los cantares de los ojos al alma, de invierno a primavera un torrente aromado de amor con azahares nos abraza al nacer, digna terrestre esfera Sin conocer su nombre, percibimos su esencia en una mujer madre amorosa, abnegada y el torrente de dicha magna..., ¡Ilimitada! nos cubre con su linfa jamás interesada Y por él vino un Dios a salvarnos deste mundo Un mundo donde creció, infante ora necio quien con…, ¡Su propio barro macilla su odio inmundo! ¿Qué ansía aquel empeño? ¡Poder! ¡Publicidad! ¿A costa del repudio, asqueo, del desprecio? ¡Qué inteligencia triste de estulta facultad! Beatriz Vicentelo
Qué poema para fascinante, para la persona a quien se refiere el autor, quien en calificados versos la envuelve en un verbo aromático de halagador reconocimiento a su dulzura para escribir. Realmente muy hermoso! Toda estrofa está orlada de una brillantez admirable .
ResponderBorrarGracias mi querido Ernesto!